miércoles, 10 de febrero de 2016

Poesía de Amores y Desamores (8)

Mujer de Cojedes en el archivo de Carlos González


AMBOS DOS (César Seco)

La mujer revierte la ceniza con oraciones.

El hombre está obnubilado por una voz que

lo recorre, que lo lleva de un lugar a otro. La

mujer abre su Biblia en Romanos 15 y ajusta

el día a su trenza, cambia el agua a las flores,

trae café a la cama, toma la llave y hace entrar

la mañana . El hombre silba, la va desnudando,

circunda sus pasos, la sigue como sigue el jaguar

a la noche. La mujer prueba un vestido, otro y otro,

predice cuantas lunas contará él en su piel. El hombre

pule sus zapatos con hojas de cayena. La mujer guarda

cartas, fotos, recuerdos. El hombre unta perfume azul

en su oreja, pronuncia lo que sólo un árbol dice en su boca.

Ella tiene un lugar al que ofrenda rosas. Él es la llave de la casa.

Una vez ella fue Diotima y él Federico. La mujer trajo la vajilla blanca, lo invitó a sentarse. El hombre un pan de agua puso en la mesa. La mujer se llama día y el hombre se llama noche. 

Se llaman, se aman en un solo sol que les viaja por dentro cuando se tocan 


TANTO CUERPO SOLO (Mireya Kríspin)
Sola  y en silencio observo el  cuerpo
tanto tiempo solo
Firme se debate en su colmena vacía
no hay miel que divinice sus refugios

Erguido intenta descifrar el acertijo
con fervor placentero
construye puentes para evitar los atajos

No encuentra obstáculos
diligente transita los terrenos
Con pericia hace el avalúo
y busca el incentivo para gravitar

Analítico condensa el suspenso
vaporoso otea los horizontes
añora algún suceso casual
Puntual y fervoroso enaltece el análisis
excéntrico se debate en la observación

La travesía se hace larga
se prolonga

Con apremio ensaya liberar las energías
elocuente difunde la mirada en todos los sentidos
Ella pródiga forja la notoriedad
atrae
más no fertiliza

Tanto  cuerpo solo
Ferviente
efusivo
alegre
fecundo
fogoso
acendrado
y solo
Tanto cuerpo solo


ATERIDA (Gizka Mijares)
Desde la Miseria
Desde este gran cubículo

Confirmo tus ojos olvidados de los míos
Descubro el profundo misterio
de no saberse

Me devuelvo de este cuerpo
mordido por la nostalgia
de todos los días

Inútil faena


Poema de Julio Campos
Cuando regreso de la tierra
con el mundo a cuestas
apareces desnuda
Apuesto que sabes
que vengo manchado
con el barro del universo
Lavandera mágica
fabricas la paz
La tierra fértil en tu piel
El mundo feliz dentro de mí
El universo limpio en tus manos
Yo solo un hombre.


POEMA DE AMANDA REVERÓN
desnuda
desdibujada
en la perpetuidad / de un instante
recojo 
restos de  fatiga
sudores compartidos
y me quedo
 donde el agua /no disipa
donde me atrapa tu aliento


Imagen el archivo de Marycarmen Bocaney


Versos de Genoveva de Castro
Ven, acércate mucho, mucho ¡amado!
En esta fogarada de la tarde
alarga tu silueta con la mía.
Exprime la fresa.


Luz ida de campanario (Duglas Moreno)
Tu cabello es ese aroma de sandía en mi mano
tus labios rica miel del paraíso en mi voz de amante.
Así se puede desafiar el destino y a los dioses.
Pero si eres ausencia,
si no estás,
tu imagen  es luz ida de campanario,
apenas un miedo,
un silencio que también te hace callar.


PLEGARIA (Doris Rojas)
No perturbes las campanas
que abren paso al exilio
ni detengas esta furia
que enlaza rincones

Atiende la caricia
que cuelga entre nubes
sin desteñir el blanco
ni la desnudez

Sacude la impericia
y refugia en mis zapatos
el eco disperso

Ven
y ciñe los caminos
sin ofertar mi luz,
que la rendija 
no presencie el desliz.

 Imagen en el archivo de Hméndez Artellier

Versos de Onías Sánchez Barrios
Cuando la luna se tienda en nuestra cama
abriré la memoria
donde tus tristes ojos son rosas
La espesa niebla  que funde soledades.


PARO AL CORAZÓN (Luisana González)
Paro al corazón
que late por ti,
paro al valor.

Paro al corazón
que dejo de latir,
simplemente se acabó la sangre
que lo hacían sentir.

Se paró
desde el día que te vi
salir del alma
que se vistió de gris,
en el momento que se dictó
sentencia de muerte
por haber matado
de un paro al corazón
porque dejó de sentir
el amor por ti.

 Versos de Elías David Curiel
 Y es vivir dentro del agua
el deseo con que fragua
mi alma todos sus placeres
entre flores y mujeres
transparentes como el agua.


 Imagen en el archivo de Hméndez Artellier


RESURRECCIÓN (César Lazola)
Te encontré una mañana brumosa
entre las conchitas y las piedras abandonada
el mar levantaba su ventisca espumosa
quejándose a lo largo del litoral, llegaba
la voz del salino oleaje. Aunaba,
los temblores de tu cuerpecito desfalleciente…
Pajarita abandonada, con la patita partida, asolada
pajarita perdida, quebrada, frágil en mis manos
Te encontré yaciente, casi moribunda;
perdida sin fe
cuando volví del lejano sur austral,
confundida, en la innumerable arena del pacifico,
proa, vencida de mil tormentas,
velamen roto sin remedio…
Gaviota doblada sobre mi alma;
amor mío de ojos apacibles,
gaviota herida, sumergida en mi pecho,
gaviota resurrecta eternal y mía.


Poema de Héctor López
Al pie de su castillo
y bajo una brisa cargada
de memorias posibles,
con los ojos llenos de colores
en hileras perfectas
y donde los tiempos hablan y se juntan
te encuentro.

Y entonces las historias
y las vueltas que giran y vuelven infinitas
en esa inmediata cercanía
de los anhelos que se sueñan
en los extranjeros suelos
mientras la tierra es casi nuestra
y ella nos hace suyos.
Así como una península, vamos.



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